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Autor Iglesia Hogar
Santo del Silencio
San José es llamado el "Santo del silencio" No conocemos palabras expresadas por
él, tan solo conocemos sus obras, sus actos de fe, amor y de protección como padre
responsable del bienestar de su amadísima esposa y de su excepcional Hijo. José
fue "santo" desde antes de los desposorios. Un "escogido"
de Dios. Desde el principio recibió la gracia de discernir los mandatos del
Señor.Las principales fuentes de información sobre la vida de San José son los
primeros capítulos del evangelio de Mateo y de Lucas. Son al mismo tiempo las
únicas fuentes seguras por ser parte de la Revelación. San
Mateo (1:16) llama a San José el hijo de Jacob; según San Lucas (3:23), su padre
era Heli. Probablemente nació en Belén, la ciudad de David del que era
descendiente. Pero al comienzo de la historia de los Evangelios (poco antes de la Anunciación ), San José
vivía en Nazaret.San José es también
modelo incomparable, después de Jesús, de la santificación del trabajo
corporal. Por eso la Iglesia
ha instituido la fiesta de S. José Obrero, celebrada el 1 de mayo,
presentándole como modelo sublime de los trabajadores manuales .La relación de
esposos que sostuvo San José y Virgen María es ejemplo para todo matrimonio;
ellos nos enseñan que el fundamento de la unión conyugal está en la comunión de
corazones en el amor divino. Para los esposos, la unión de cuerpos debe ser una
expresión de ese amor y por ende un don de Dios. San José y María Santísima,
sin embargo, permanecieron vírgenes por razón de su privilegiada misión en
relación a Jesús. La virginidad, como donación total a Dios, nunca es una
carencia; abre las puertas para comunicar el amor divino en la forma mas pura y
sublime. Dios habitaba siempre en aquellos corazones puros y ellos compartían
entre sí los frutos del amor que recibían de Dios.
MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA DE
SAN JOSÉ
I. San José mereció, por su pureza, el honor
de ser elegido por Dios para ser el esposo de su Madre. ¡Qué gloria para ti, oh
gran santo, mandar a una esposa omnipotente en el cielo y en la tierra! Imita
la pureza, la humildad y la modestia de José, y María se mostrará contigo llena
de ternura. Para que llegues a ser un gran santo, haz, siguiendo el ejemplo de
San José, todas tus acciones pensando que Dios te ve.
II. Fue el padre nutricio de Jesús, y Jesús
le estaba sometido. Admira la humildad del Salvador, que, pudiendo nacer en el
palacio de Augusto o de Herodes, prefiere elegirse un padre pobre y desconocido,
un padre que debe trabajar con sus manos para procurarle alimento y vestido. A
ejemplo de San José, nunca te separes de Jesús: que en todos tus actos sea tu
compañero, conversa a menudo con Él. Haz un lugar a Jesús en medio de tus hijos: que tu
Señor venga a tu familia, que tu Creador se acerque a su creatura (San
Agustín).
III. San José murió en brazos de Jesús y de
María. Tú también quieres terminar tu existencia con una muerte dichosa y
santa: ten una gran devoción a San José. Nos asegura Santa Teresa que ha
obtenido todo lo que ha pedido por los méritos de San José. Pídele esta última
gracia que debe coronar tu vida y hacerte comenzar una eternidad de dicha. Con
frecuencia durante tu vida, y sobre todo en la hora de tu muerte, pronuncia los
tres hermosos nombres de Jesús, María y José.
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