6:13 | Autor Iglesia Hogar
“Les vengo a traer la Vida en abundancia”
(cf. Jn. 10, 10)



Queridos hermanos:
La Encarnación Redentora del Hijo de Dios, es un acontecimiento
único y trascendente que hace irrumpir en el orden natural un principio nuevo e inaudito
de «vida». “Concebirás y darás a luz un hijo” (Lc 1, 31) son las palabras del ángel Gabriel a la

Virgen María que dan comienzo a una etapa nueva en la historia de la vida. La grandeza
de la dignidad humana se pone de manifiesto de un modo incomparable, puesto que el
mismo Hijo de Dios, asume un rostro humano, una naturaleza humana.
El Evangelista Juan nos transmite una expresión de Jesucristo que nos
ayuda a comprender el misterio de su venida y la buena noticia de su presencia entre
nosotros: “He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Cf. Jn 10,10). La
presencia del Hijo de Dios en nuestra carne no viene a hacer violencia, ni a aniquilar lo
humano sino a introducirnos en un horizonte de eternidad.
Celebremos con fe y esperanza la Navidad; es el comienzo de una
Vida Nueva, es la certeza de que Dios no abandona al hombre, Él viene a su encuentro en
Jesucristo para ser su camino y hacerlo partícipe de su misma Vida. Contemplemos al Niño
de Belén que nace en una profunda humildad y ofrezcámosle un corazón bien dispuesto
para que Él nazca también en nuestro interior, en nuestras familias, para que anunciemos
con firmeza y amor a todos los hombres de nuestro tiempo el mensaje de vida, de amor y
de paz que se manifiesta de modo concreto en la persona y la vida de Jesucristo.
Les pido a todos y especialmente a los jóvenes que escuchen con
entusiasmo la buena noticia que anuncia Jesús: ¡Celebren la vida asumiendo compromisos
concretos en la familia, en la escuela, en la universidad, en el trabajo! ¡Expresen el cuidado
y el amor por la vida humana!.
Que el Niño Dios recostado en el pesebre nos muestre una vez más Su
Amor y nos colme con su paz.
Les deseo, con todo mi afecto, una feliz Navidad y un nuevo año lleno
de Su Gracia.

+ Juan Alberto Puiggari
Administrador Apostólico de Mar del Plata
10:03 | Autor Iglesia Hogar

23 de diciembre

Escuchar en el silencio

E

l nacimiento de un niño representa una esperanza a largo plazo, concreta y real. Junto a la esperanza se encuentra inevitablemente la incertidumbre.

A

nte una vida que comienza se abre un interrogante. "¿Qué llegará a ser este niño? ¿Qué será esta niña?". Si bien Dios tiene un designio para cada uno, que tenemos que discernir, respetar y cuidar; tendrá todas las posibilidades y todos los riesgos que brotan de la libertad.

E

l misterio "se cierne" sobre toda cuna.¿Será santo? ¿Será un grande? ¿Será criminal?¿marcará la historia del mundo con un signo imborrable o se quedará a mitad de camino?

¿Qué va a ser este niño?

El Señor es consecuente en sus ideas y prepara sus intervenciones con mucha anterioridad.

Dios habla así: "He aquí que yo envío a mi mensajero a allanar el camino delante de mí".Malaquias 3, 1

El profeta anuncia el envío de un mensajero que prepare el camino del mismo Señor.

Será un tiempo

· de gracia

· de juicio

· de purificación

· de conversión.

¿Qué va a ser este niño?

Dios

ha querido este nacimiento porque tiene un proyecto sobre este niño. La duda de Zacarías, su padre, lo llevó al silencio.

La incredulidad

o Nos disminuye.

o Nos cierra puertas.

o Nos vuelve extraños.

o Nos aísla.

“Inmediatamente, a Zacarías, se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios”

Lc 1,57-66

¿Qué va a ser este niño?

E

l nacimiento de Juan Bautista anunciará otro nacimiento.

E

s Dios el que viene! ¡Dios! ¡El gran Dios del universo!

¿Qué va a ser este niño?

Ante

el anuncio de su nacimiento su padre perdió el habla. La "mudez" de Zacarías fue consecuencia de su incredulidad ante el proyecto de Dios. Isabel concibió a Juan en su seno, mientras Zacarías, en silencio, recobró la fe y confianza en Dios. Contempla la promesa cumplida de Dios y puede hablar. Ya está en sintonía con el plan de Dios.

¿Qué va a ser este niño?

Para

un judío, el nombre es todo un símbolo: significa la función. Según la tradición el primogénito debía llevar el nombre de su padre. La madre intervino diciendo: "¡se va a llamar Juan!

Juan significa «gracia de Dios», «favor de Dios», «misericordia de Dios».

¿Qué va a ser este niño?

El

padre pidió una tablilla y escribió: "Su nombre es Juan", y todos quedaron sorprendidos. En el acto se le soltó la lengua y empezó a hablar bendiciendo a Dios"

En torno al nacimiento de Juan se respira aire de asombro y de alegría, porque que "la mano de Dios estaba con él".

Adviento:

“la mano del Señor está con nosotros”

Dios quiere engendrar en cada uno de nosotros a un hombre nuevo.

Dios nos invita a interpretar su obra "lo que está haciendo hoy"

a través de los acontecimientos, las situaciones, las personas.

Dios nos quiere cooperado en su acción

conscientes de nuestra pequeñez, pero más

aún de que su “mano” nos sostiene.

Dios nos invita al silencio

profundo para poder aceptar

su querer en nuestra vida y en

el mundo.

Que

su mano se pose sobre nuestra cabeza.

La mano inmensa de Dios, la mano blanda (S J de la Cruz).

Ayúdanos, Señor, una vez más

A romper el ruido del mundo con tu silencio.

A reconocernos tus instrumentos para cumplir nuestra vocación y misión.

A que la Palabra se pronuncie sobre nosotros como palabra creadora y santificadora.

A que esa Palabra tome cuerpo en nosotros, de tal forma que podamos proclamarla,

desde nuestra experiencia personal de tu presencia.

Pero Juan sale del vientre de su madre y por él Cristo fue anunciado a todo el mundo. Éste era el Verbo, desde el principio, antes que existiera el mundo; aquel fue la voz que precede al Verbo. El Verbo nace del pensamiento, la voz sale del silencio. San Agustín

14:02 | Autor Iglesia Hogar

21 de diciembre

Dime dónde vas…

y te diré que buscas

S

e acerca la Navidad. ¿Dónde van nuestros pies…? Hacia los lugares de compra o hacia los lugares de entrega gratuita, buscando qué comer o dónde dar de comer? ¿Buscando quién nos acompañe o a quién sacar de la soledad?

N

ecesitamos tantas cosas que no se pueden comprar: Salud, justicia, sinceridad, pureza… pero sobre todo, “todos” necesitamos amor. Esto es algo que no podemos colgar en el arbolito.

¡La voz de mi amado! Ahí viene, saltando por las montañas, Cantar de los Cantares 2, 8-14

Dios

en Navidad viene a nosotros como el amado que va al encuentro de su «amada».

· El amor de Dios por toda la humanidad viene a desposarse con ella.

· El amor personal de Dios por cada uno de nosotros viene a enseñarnos a Amar.

He aquí a mi amado que viene.

…para nuestra inmensa necesidad de amor…

…no sólo para resolver nuestros problemas,

…sino para colmar con su ternura los abismos más hondos del nuestro corazón.

no viene

…para emparchar nuestra vida,

…sino que viene a ser nuestra vida en su sentido más pleno.

Nada

es obstáculo para Dios. Ha debido de salvar muchas distancias para llegar hasta nosotros. No «montes y colinas», sino la distancia infinita del cielo a la tierra, de la divinidad a la humanidad.

"Por aquellos días, María se puso en camino y fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá" (Lc 1,39-45)

He aquí a mi amado que viene.

C

uando Jesús comienza a tener un cuerpo mueve las entrañas al amor hacia los demás. A medida que el cuerpo de su hijo todavía se esté gestando, su corazón y sus pies se mueven al compás del latido del amor de Dios.

He aquí a mi amado que viene.

M

aría viaja para contagiarle la alegría a su prima Isabel, cómplices las dos en un mismo misterio. Cómplices porque han creído que Dios puede ser así.

He aquí a mi amado que viene.

D

ios ha abierto un camino desde el cielo, y su hijo desde el vientre de su madre en Nazaret se ha puesto en camino a Ebron para llegar hasta aquí.

Adviento

se puso en camino.

Lo van hacer los pastores.

Lo van hacer los Magos.

Lo harán los ángeles.

Se ponen en marcha los más pobres y sencillos.

Adviento

se puso en camino.

Caminar en búsqueda, saliendo de uno mismo.

Caminar llevando, dando de uno mismo.

María

se puso en camino.

dejando de lado las preocupaciones de su embarazo,

sale mostrar lo que Dios está obrando en su vida y en el mundo.

Dios ha salido del mismo cielo para entrar en la vida de María.

¿Puede acaso no salir, María para mostrar lo que esta creciendo en su vientre y proclamar las grandezas del Señor!?

Adviento

María se puso en camino

y salir de los falsos cielos para llegar a los belenes insoscpechados

donde menos esperan la presencia del Señor de la Vida.

Quien tiene a Dios en su vida es portador de una Buena Noticia.

Esa Buena Noticia del amor de Dios se traduce en servicio al necesitado.

Como a María, el Señor nos ha ungido con su Espíritu para que hagamos llegar la Buena Nueva de la Salvación a los pobres, a los enfermos, a los cautivos, a los ciegos y a los cojos para que salten de alegría por haber recuperado su dignidad de hijos de Dios, sintiéndose hermanos nuestros y de todos los hombres.

María, Bendito el fruto de tu vientre...

Porque Tú vienes, y yo salgo a tu encuentro

Porque son muchos, los nubarrones en el cielo de mi vida

Porque Tú iluminas las noches más oscuras de la humanidad

Porque, con muy poco y sólo contigo, nos alegras

Porque, tu presencia, es la mayor riqueza que uno puede poseer

María, Bendito el fruto de tu vientre...

Porque, la Navidad, es oxígeno en medio de la asfixia

Porque, la Navidad, es el amor que se desborda

Porque, la Navidad, es regalo del cielo que se ofrece gratuitamente

Porque, la Navidad, se descubre con las tijeras de la fe

María, Bendito el fruto de tu vientre...

Porque la estrella la veo al fondo del horizonte del adviento

Porque mi corazón se hace pesebre para tu nacimiento

Porque mis ojos me dicen a quién adorar, y ante quien no postrarme

Porque mi razón mi dicta qué caminos elegir para llegar hasta Ti

María, Bendito el fruto de tu vientre...

Tú, Señor, eres la Navidad que trae una alegría especial

Tú, Señor, eres Navidad que nos hace más cercanos

Tú, Señor, eres adorno y estrella, dulce y mesa por Navidad.

Tú, Señor,eres la mejor lotería para la salud del corazón.

María, Bendito el fruto de tu vientre...

Tú, te lo digo ahora, eres la causa de mi felicidad

Tú, te lo decimos ahora, eres la fuente de tanta dicha

Tú, te lo decimos ahora, eres la razón de tanto regocijo

Tú, te lo gritamos ahora, eres el germen de la emoción que yo siento

Amén.

J. Leoz

14:09 | Autor Iglesia Hogar

20 de diciembre

Si!!!

Hay

instantes que pueden cambiar todo un futuro.

Hay palabras que transforman el curso de la historia. Hay momentos fuertes en la vida en los que todo puede cambiar. Y todo depende del delicado hilo de la propia decisión.

Pero...
como somos inseguros necesitamos signos,

queremos certezas..

Pues bien, el Señor mismo va a darles una "señal":

la Virgen concebirá y dará a luz a un Hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, es decir, «Dios-con-nosotros». Isaías 7

También, en mi vida, Dios hace para mí unos signos.

Quizás no sean vistosos ni milagrosos,

pero tengo que saber leerlos e interpretarlos.

Alégrate, llena de gracia; el Señor está contigo soy la servidora del Señor, que se haga en mi según tu palabra. Lucas 1, 26

El modo es sencillo;

el acontecimiento es inmenso.

· Nazaret, en Galilea

· Un pueblito insignificante y desconocido

· Una provincia despreciada por su mezcla de judíos y paganos.

· Una casa simple

· Una sencilla muchacha del pueblo que nada la distingue de sus compañeras llamada María.

· Desposada con varón carpintero de la casa de David, llamado José...

El modo es sencillo;

el acontecimiento es inmenso.

M

aría es invitada por el cariño de Dios a decidirse, a optar. Dios le promete su ayuda. Pero como todas las promesas de Dios, deben ser recibida en la fe más absoluta.

Dios no se contentó con una expectativa.

Dios ama al hombre y se lo demuestra.

Dios busca al hombre se muestra

A Dios no hay que buscarlo en el aire

A Dios no hay que buscarlo en las ideas,

A Dios no hay que buscarlo sólo en los anhelos.

DIOS busca al hombre

y María se deja encontrar.

A Dios hay que buscarlo en la Vida.

María

permite que su cuerpo se transforme para que Dios se muestre a los hombres. Su maternidad acerca a Dios al hombre como uno de los nuestros.

E

l “Sí” de María a la propuesta de Dios, no es el de novela “romántica”.

Con ese “Sí”, toda su vida quedó comprometida.

· Si la mujer esos tiempos no podía acceder a la Torá ni a la palabra escrita de los profetas,

María se anima a llevar en su vientre a la misma Palabra de Dios hecha carne.

· Si la mujer tenía acceso restringido al culto,

María se anima a estar cara a cara con Dios.

· Si la mujer tenía prohibido conversar con otro hombre que no fuera su marido,

María se anima a dialogar con el Angel desconocido y toma la decisión de ser la madre de Dios.

· Si la mujer vivía dependiente de una estructura familiar rígida,

María se anima a enfrentar a la sociedad de su tiempo.

· Si la mujer debía cuidar su imagen moral y su virginidad hasta el matrimonio,

María se anima a quedar embarazada misteriosamente.

El "Sí" de María no es una respuesta espontánea a algo “lógico”.

El "Sí" de María brota de la confianza que tiene en el Dios fiel a su pueblo.

María se comprometió desde su propia liberación, con la liberación de Dios; que viene a liberar a su pueblo.

E

l «hágase en mí según tu palabra» de María se continua a lo largo de la historia en la comunidad de discípulos de Jesús que se animan a aceptar el proyecto de Dios “por encima de sus propios proyectos”. Nosotros estamos llamados a contestar también a Dios con nuestro «sí».

D

ios está sediento de que en cada uno de nosotros se encarne nuevamente su amor salvador. Quiere ser Dios-con-nosotros. Creer que Dios es Dios-con-nosotros significa que se nos da Él mismo, que todo lo que podemos desear de felicidad y amor y vida, se queda corto con lo que Él nos quiere regalar.

E

s cuestión de…

hacer silencio,

responder

y animarse.

Oíste, Virgen, que concebirás

y darás a luz a un hijo;

oíste que no era por obra de varón,

sino por obra del Espíritu Santo.

Mira que el ángel aguarda tu respuesta,

porque ya es tiempo

que se vuelva al Señor que lo envió.

Se pone entre tus manos

el precio de nuestra salvación.

Por tu breve respuesta seremos restablecidos

para ser llamados de nuevo a la vida...

No tardes, Virgen María, da tu respuesta,

pronuncia esta palabra que la tierra,

los abismos y los cielos esperan.

Mira: el rey y señor del universo

desea tu belleza,

desea no con menos ardor tu respuesta.

Ha querido suspender a tu respuesta

la salvación del mundo .

Has encontrado gracia ante de él

con tu silencio;

ahora él prefiere tu palabra.

Responde presto al ángel, o,

por mejor decir, al Señor por medio del ángel;

responde una palabra y recibe al que es la Palabra;

pronuncia tu palabra y concibe la divina;

pemite una palabra fugaz

y acoge en tu seno a la Palabra eterna...

Abre, Virgen dichosa, el corazón a la fe,

los labios al consentimiento,

las castas entrañas al Criador.

Mira que el deseado de todas las gentes

está llamando a tu puerta.

Si te demoras en abrirle,

pasará adelante,

y después volverás con dolor

a buscar al amado de tu alma.

Levántate, corre, abre.

Levántate por la fe,

corre por la devoción,

abre por el consentimiento.

San Bernardo

10:07 | Autor Iglesia Hogar

17 de diciembre

Cada cual tiene su historia

N

ormalmente, cuando un pueblo escribe su historia oficial muestra siempre su pasado glorioso, sus héroes y sus hazañas dignas de ser admiradas.

C

uando miramos nuestra propia historia, los puntos oscuros tratamos de pasarlos de largo, son como una mancha que nos avergüenzan y que tratamos que no se descubran. . .

Cuando se da a conocer la historia oficial de su pueblo no lo hace presentando una letanía de santos, ni esconde nada de sus antepasados,

· famosos y desconocidos

· pecadores y santos

· homicidas y buscadores de paz a costa de su vida

· idólatras y religiosos sin vuelta

· mercenarios y hombres leales de cabo a rabo

· prostitutas, madres con una entereza humana fuera de lo común y vírgenes fieles

Dios es siempre desconcertante…

Sus pensamientos no son los nuestros.

Dios

cuenta con todos y sin excluir a nadie ni nada va construyendo la historia de la salvación, en y desde la vida real

¡Nada de cuentos de hadas!

El Mesías esperado se ha encarnado plenamente en la historia humana, se ha arraigado en un pueblo concreto.

El Hijo de Dios se ha hecho solidario de esta humanidad concreta, débil y pecadora, no ideal y angélica. No es como un extraterrestre o un ángel que cae del cielo. Pertenece con pleno derecho, porque así lo ha querido, a la familia humana.

El Verbo eterno de Padre será hijo del pueblo hasta tal punto de nacer en un pesebre, de trabajar como uno de tantos y de ponerse en fila entre los que reciben el bautismo de Juan en el Jordán.

Jesús

no renegó de su árbol genealógico porque en él se encontraban personas impresentables. Su pasado es la historia de su «Adviento».

La historia la vamos haciendo personas débiles y pecadoras.

La Navidad la celebramos personas débiles y pecadoras.

La historia se hace historia de Salvación cuando nos aceptamos como personas débiles y pecadoras que necesitan del Dios de la vida para que nos salve.

· No importan nuestros orígenes

· no importa nuestra historia un poco oscura

· No importa nuestro pasado manchado por el pecado.

Dios quiere concedernos su gracia a nosotros y a tantos otros que no somos un modelo de santidad. A partir de nuestra situación, sea cual sea, nos quiere llenar de su vida y renovarnos como hijos suyos.

Cuando Dios quiere hacer su voluntad, nada ni nadie se opone a su querer. Él guía nuestros pasos, si somos dóciles a lo que su Espíritu nos inspira.

Navidad es una nueva oportunidad a que miremos a todos con ojos nuevos. Nadie es incapaz de salvación. Jesús viene salvar a los pecadores, y no a canonizar a los buenos.

Esto es para nosotros

motivo de confianza

invitación a la aceptación de los otros

valoración de cada hermano ante la gracia salvadora de Dios.

¿Estoy convencido de este inverosímil amor gratuito y salvífico que Dios nos tiene?

¿Renegamos de nuestro pasado y no queremos descubrir las acciones de Dios en nuestra vida?

¿Creemos que todo es obra de nuestro esfuerzo, de nuestro bien hacer y de nuestra lucha constante?


¡ESPERAMOS CON MARIA!

La que conocía las promesas desde antiguo, se convierte en la Madre del Esperado.

¡María de la esperanza! Enséñanos a esperar

¡María de la esperanza! Ayúdanos a renacer a la fe

¡Maria de la esperanza! Indícanos cómo acunar a Dios en nuestro corazón

¡María de la esperanza! Llévanos a centrarnos en Jesús

¡María de la esperanza! Empújanos a ser portadores del amor de Dios

¿Qué haces ahí, María, postrada y recogida en Ti misma? Estoy esperando a que se cumpla lo prometido desde antiguo.